LA TRANSFORMACIÓN DEL ROSA
Por: Zaira Rosas
Esta semana se estrena una de las películas más esperadas del año: Barbie, un filme que emociona a múltiples generaciones de mujeres que crecieron con esta muñeca como su juguete favorito, pero que también se ha vuelto el centro de debates pues hay quien la considera superficial y otras personas aseguran que bajo la dirección de Greta Gerwig esta será indudablemente una película feminista.
La superficialidad del filme es relativa, es cierto que Barbie ha sido vestida durante años por los mejores diseñadores, que el rosa es un color característico de la marca y que la película surgió con la intención de despuntar sus ventas, pues años atrás habían disminuido drásticamente, por la pandemia y por la competencia que otras muñecas representaban para nuevas generaciones. Aun así hay datos de Barbie que tenemos que considerar y el rol que ha tenido en las aspiraciones de muchas mujeres a lo largo de generaciones.
Primeramente, Barbie es un juguete feminista, porque en una era donde a las mujeres no se les permitía ni siquiera tener una cuenta de banco propia, este juguete tenía casa propia, carro propio e incluso se ha desempeñado en todo tipo de profesiones. Es el juguete que ha inspirado a múltiples generaciones a soñar con múltiples posibilidades, principalmente ha servido para que el número de niñas interesadas en carreras especializadas se incremente.
Esta muñeca no surgió como muchas otras pensando en adoctrinar a las niñas en el cuidado del hogar y en cómo ser madres, por el contrario, es una muñeca adulta que, pese a tener a Ken como coprotagonista siempre ha elegido la independencia, el disfrute de la superación personal y el desarrollo en la ciencia, el humanismo y el arte.
Actualmente llega con una producción cinematográfica donde se ha cuidado cada detalle detrás del mundo de Barbie, principalmente el color rosa característico que incluso provocó un desabasto del tono en pintura por todo lo que se utilizó para la construcción del set de la película. Sin embargo, más allá del mundo rosa donde todo es diversión, perfección y con gran cuidado estético, también es un filme que al ser dirigido por Greta Gerwig nos invita a la reflexión, al cuestionamiento existencial que vive la protagonista que encontró una representante ideal para el papel en Margot Robbie.
La película también es un homenaje a la creadora de la muñeca, donde su hija, Barbara Handler, hace un cameo y además comparte un diálogo profundo: “Los humanos solo tienen un final… las ideas viven para siempre”, haciendo referencia a la idea de una muñeca que ha perdurado durante décadas e incluso se ha convertido en un ícono.
La marca de Barbie lleva más de 64 años en el mercado, es de los juguetes más vendidos y se ha extendido a otros artículos, su existencia ha representado distintas narrativas, pero principalmente ha sido de las pocas opciones de juego que posibilita que las niñas se visualicen como astronautas, doctoras, pilotos y muchos otros roles que han servido para el desarrollo profesional de la mujer. Gracias a su aparición y narrativa, se ha visibilizado que el rol de la mujer no sólo está destinado al hogar, si no que toda persona puede ser lo que quiera ser.
Los debates en torno a la marca e incluso al filme pueden ser diversos, incluso a su directora se le ha exigido que no sea sólo una película superficial, sin embargo, esto mismo no se pide al común de los directores masculinos. ¿Por qué es diferente cuando un filme es dirigido y creado pensando en un público femenino? Ahora solo resta corroborar si la expectativa corresponde con la realidad o la supera, demostrándonos que las ideas mercadológicas si pueden influir positivamente en el entorno social. Ahora el rosa también podrá ser un símbolo de empoderamiento femenino.