EMPRESARIOS DENUNCIAN AL DIPUTADO DIEGO CASTAÑEDA DE NO CUMPLIR COMPROMISOS ASUMIDOS CON ÉL

- Le brindaron favores, dinero en efectivo y una promesa de poder durante la campaña del 2024 y ahora ni los atiende, acusan.
Irineo Pérez Melo. Empresarios veracruzanos de diversos giros denunciaron ser defraudados por el diputado local morenista Diego Castañeda Aburto, al no cumplir con el compromiso asumido con él, de ser considerados de manera preferencial en la obtención de contratos, licitaciones, espacios de poder o protección política futura.
A decir de los afectados, que pidieron no se revelara su identidad por temor a las represalias, el actual legislador local estableció contacto con ellos durante la campaña a la gubernatura de Veracruz en 2024 solicitó apoyos económicos y en especie, para respaldar las aspiraciones de la actual titular del Ejecutivo del Estado.
En estas acciones, indicaron los defraudados, siempre les decía que estaba en línea directa con Rocío Nahle y dada la confianza que le otorgaba, “muchos le creímos y accedimos a sus demandas, pero que, a casi 8 meses de la actual administración estatal, no ha dado la cara”.
Dada la confianza que la actual Gobernadora del Estado le tenía, sostuvo que al ser elegido como diputado local sería designado presidente de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO), desde donde -les aseguraba- tendría poder para cumplir sus promesas.
Sin embargo, al no lograr esa nominación y ser nominado como presidente de la Comisión Permanente de Procuración de Justicia de la LXVII Legislatura del Congreso del Estado, cambió la narrativa y comenzó a asegurar que sería nombrado fiscal general del estado, posición que usaría para “salir a mano” con sus compromisos.
Este cambio de discurso no evitó que continuara pidiendo favores y se le ha visto utilizando vehículos que no son de su propiedad y existe una fotografía en la que se le observa recibiendo dinero en efectivo, presuntamente durante la campaña.
Al respecto, fuentes cercanas estiman que llegó a recibir más de 9 millones de pesos entre apoyos directos, donaciones “voluntarias” y beneficios materiales de empresarios con la esperanza de retribución.
En el Congreso, ha intentado influir en licitaciones, compras gubernamentales y procesos administrativos con el objetivo de pagar sus compromisos políticos y financieros. Sin embargo, solo ha cumplido con aquellos que han tenido capacidad real de presionarlo. A los pequeños y medianos empresarios, ni los recibe ni les contesta el teléfono, ignorando los acuerdos que él mismo estableció durante campaña.
“Se escuda en que las cosas no han salido como esperaba. Pero mientras tanto, hay gente que le dio dinero, logística, vehículos, hasta personal, y hoy simplemente finge no conocerlos”, relata un afectado.
Lo más grave es que todos estos favores fueron solicitados utilizando el nombre de Rocío Nahle, quien muy probablemente desconoce por completo estas maniobras, de quien era su más cercano colaborador. La confianza depositada en Diego Castañeda ha terminado siendo utilizada para alimentar una red de corrupción, opacidad y traición, cuyas consecuencias aún podrían escalar si logra ocupar un cargo de mayor poder, como la Fiscalía General del Estado.